El tema de los tigres es muy parecido al de los elefantes, no gozan de demasiados derechos, partiendo de la base de que están en cautividad, es una de las cosas que espero que cambien con el tiempo en Tailandia y enfoquen el turismo de otra manera.
Reconozco que es una experiencia pasar una hora encerrado en una jaula con ellos, tocarlo, sentir su respiración.. y a los cachorros dan ganas de comérselos… su belleza es su maldición.
Pero estamos demasiado acostumbrados a enjaular todo aquello que nos gusta, y como en el amor, la relación con nuestro entorno debe basarse en el respeto mutuo. Cuánto tenemos que aprender todavía.